Tú,
desde hace unas semanas eres ese mechero
que crea la chispa y enciende la llama,
una llama tan poderosa que crece dentro de mí,
y para formarla hace falta poco
un guiño, una sonrisa o un mínimo roce casual.
Con eso basta para bajarme a los infiernos de la lujuria,
pero ya no me quemo, ya no,
simplemente me rindo a que el fuego invada mi ser.
El resto lo hace mi imaginación
que nunca termina de sorprenderme,
cuando pienso que no puede ir más allá,
imagina otro escenario, otra situación
y el único nexo en común eres tú.
Jamás me había pasado esto
y antes de ti mi imaginación no volaba tan alto
nadie me había hecho sentir así, sin tan siquiera tocarme
pero me imagino que nunca me había permitido conocer a alguien de verdad.
Menos mal que todo pasa por algo y te conocí así,
porque estoy casi segura de que en otro momento y en otro lugar
quizás mi cabeza hubiera dicho que eres mucho para mi o incluso ni te hubiera visto.
Gracias a ti vuelvo a escribir.
