jueves, 23 de junio de 2016

Sueño de una noche de verano

Dormir frente a ti en mi coche,
olerte, oírte, en definitiva sentirte.
Mecerme en tu vaivén susurrante 
y que tú seas lo primero que vea al despertar.

Sin duda, algún día lo haré,
y te inmortalizaré reflejando la luz rojiza
de un nuevo amanecer.

 

Esponjosas nubes de niebla

Hay veces que eres como una nube de niebla.
Si estás lejos, no veo nada más allá de ti. Haces desaparecer montañas con el único propósito de hacerte protagonista y solo se ve tu pureza haciendo de tí único horizonte.
Si estoy dentro de ti, es como el ascenso al cielo en el que todo se vuelve blanco.
Otras veces, haces de filtro y me permites incluso ver el sol sin hacerme daño.
Eso sí, cada vez que intento abrazarte o hacerte mío, te desvaneces a encandilar a la siguiente.
¿Quién si no es el viento puede jugar a su antojo con las nubes?
Pd: Tú encontraste tu viento y ahora me toca ser nube a mí.